Trade Compliance en el entorno de los negocios internacionales: tu licencia para operar
- GBU
- 30 abr
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Para el ejercicio fiscal 2025, México se consolidó como uno de los países con mayor volumen de auditorías y actos de fiscalización relacionados con comercio exterior en toda América Latina. Esto, seguido por Brasil, Argentina, Chile y Colombia. La pregunta obligada ante estos datos es, ¿a qué se debe…? Y para responderla, podemos dividir el panorama en tres perspectivas:
Compromisos internacionales.
México tiene actualmente 14 tratados de libre comercio (TLC) firmados con 50 países. Además, participa en 32 acuerdos para la promoción y protección recíproca de inversiones (APPRIs) y en más de 9 acuerdos comerciales de alcance limitado dentro de organismos multilaterales como ALADI.
En ese contexto, según datos de Secretaría de Economía, datos de comercio exterior de BANXICO y el propio SAT; aproximadamente el 85% de las exportaciones mexicanas se realizan amparadas bajo un tratado comercial vigente. Por otro lado, más del 70% de las importaciones mexicanas utilizan preferencias arancelarias derivadas de TLCs.
Por lo anterior, aprovechar esos tratados implica no solo exportar o importar, sino cumplir rigurosamente las reglas de origen, documentación de soporte y requisitos aduaneros.
En este entorno, el Trade Compliance deja de ser un requisito operativo y se convierte en un factor estratégico de competitividad internacional.
Protagonismo en los negocios internacionales.
Desde 2019, México se consolidó como el primer socio comercial de Estados Unidos, superando a China y a Canadá. Esta posición ha sido reafirmada en 2023 y principios de 2024.
En ese sentido, México representó aproximadamente el 15.7% del comercio total de EE.UU. (por arriba de Canadá y muy por encima de China), pudiendo observar como Principales sectores los: automotriz, agroalimentario, electrónico, maquinaria, combustibles.
Es indispensable entender que dicho ascenso no fue casuístico ni adjudicable a una estrategia propia del Estado mexicano, o los actores del comercio exterior mexicano; la Guerra comercial entre EE.UU. y China (incremento de aranceles mutuos), la Reubicación de cadenas de suministro (nearshoring) en aras de favorecer o la proximidad geográfica de México, y el propio T-MEC (Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá) consolidó reglas claras para operaciones trilaterales.
Así, es indispensable entender que ser el primer socio comercial de Estados Unidos no solo exige demostrar reglas de origen preferencial: también implica cumplir con estándares avanzados de seguridad logística, trazabilidad y control de la cadena de suministro.
La falta de cumplimiento en estos aspectos puede significar demoras, inspecciones adicionales y pérdida de certificaciones estratégicas como CTPAT y OEA.
Más derechos; más obligaciones.
Programas como IMMEX, PROSEC, OEA y CTPAT son piezas estratégicas del comercio exterior mexicano, permitiendo ventajas fiscales, logísticas y de competitividad internacional.
México tiene más de 6,000 empresas registradas bajo el programa IMMEX, las cuales generan aproximadamente 55% del total de las exportaciones manufactureras de México. Por su parte, el programa PROSEC otorga reducción de aranceles a empresas manufactureras que producen bienes específicos, aun si sus productos están destinados al mercado nacional, no solo a exportación. Por su parte, más de 600 empresas cuentan con la certificación OEA, obteniendo beneficios en procesos aduanales, como reducción de revisiones, facilidades en auditorías, y reconocimiento mutuo con otras aduanas del mundo (por ejemplo, EE.UU., Canadá, UE). Sin embargo, y desde una perspectiva de negociación, debemos entender que un “ganar – ganar” (Contribuyente – Estado mexicano) conlleva no sólo obtener la certificación o el programa de fomento, sino asegurar que cumplimos y seguiremos cumpliendo con los compromisos adquiridos a cambio de esos beneficios. De tal suerte que todos ellos requieren un cumplimiento riguroso, trazabilidad documental y protocolos de control interno. En este contexto, el Trade Compliance ya no es una opción: es el pilar que sostiene la operación global de las empresas mexicanas.
Con lo anterior, quiero compartir la perspectiva de que el comercio exterior exige hoy más que nunca líderes capaces de anticipar riesgos, interpretar normas, fortalecer la seguridad de las cadenas logísticas y proteger el valor de la operación internacional.
En un escenario de crecientes obligaciones, el Trade Compliance no es un departamento más: es el centro estratégico que sostiene la relación entre la empresa y el mundo.
Formar profesionales sólidos en Trade Compliance ya no es una ventaja competitiva: es la diferencia entre operar o desaparecer.
En GBU creemos en el poder del conocimiento para transformar carreras. Sabemos que detrás de cada empresa exitosa hay profesionales comprometidos con el cumplimiento normativo y la seguridad en las operaciones internacionales. Por eso, diseñamos una certificación enfocada en formar Oficiales de Cumplimiento que no solo dominen la normativa, sino que también se conviertan en líderes estratégicos dentro de sus organizaciones.
Si estás listo para dar ese siguiente paso en tu desarrollo profesional, te acompañamos en el camino con nuestra Certificación Gerente de Trade Compliance.

Autor del artículo: Daniela Portilla Romero Abogada y Consultora con 10 años de experiencia; especialista en Compliance de empresas, derecho aduanero y comercio exterior. Con una maestría en Derecho Fiscal y diversas certificaciones en temas relacionados con comercio exterior y aduanas.

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